La música hace parte de mi vida y de mi cuerpo así como el codo los riñones el corazón, la mandíbula, la
celulitis, las estrías, e t c.
Cuando dispones tu
vida para ejecutar un instrumento musical se debe tener en cuenta que la
DISCIPLINA debe hacer parte de todo este proceso y les hablo de una disciplina
total, te debes enamorar de tu instrumento bien sea piano, batería, bajo, violín
fagot, tuba etc.
He notado muy
claramente la diferencia entre disfrutar escuchar música y disfrutar
ejecutando un instrumento, y hacer música.
En esta oportunidad quiero
intentar describir algunas partes
y etapas que como músico viví, estudiar y estudiar la infinidad musical es un
reto personal el cual va de la mano del
AMOR y entrega incondicional hacia el mar fluctuante de la música, se debe
memorizar patrones de ejecución los cuales tienen infinidad de formas para
aplicar ordenadamente y con tanta precisión que deberás pasar mayor parte de tu
vida practicando lo que en tu primeras
clases aprendiste, allí encuentra el camino para ser el mejor ejecutor, hambriento
por crecer y navegar por la ejecución musical
debes ser muy preciso a la hora de
escoger el profesor o maestro que va a enseñarte las Primeras pautas de
ejecución de tu instrumento ya que tu sonido
y tu técnica influye mucho a la hora de
tocar en grupo a futuro. El afán es
el primer enemigo a vencer y enfrentar, ya que por naturaleza quisiera
uno hacer todas las técnicas que el
profesor nos muestra y ostenta poder hacer con facilidad como si de respirar se
tratara y allí es donde entra la tan
llamada y continua frustración e impotencia: ya vamos 3 enemigos que dia y
noche hablan a nuestra mente y corazón.
La contra para estos primeros enemigos de tu avance es el estudio lento y a conciencia
es decir, debes simplemente seguir con
mucha entrega cada una de las instrucciones de tu maestro y asi ensayarlas no
solo para cumplir con la tarea si no para
poco a poco subir de nivel y calidad a la hora de tocar el instrumento musical.
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